Te pasas el día detrás de los niños, la casa, la comida... Llevas a los niños cuidados y preciosos, con hermosos conjuntos que compras para ellos, pero tú acabas poniéndote una camiseta vieja y un pantalón de chándal. ¿Te suena?
Hay días que vas tan liada que no logras ni ducharte, y no hablemos de cuando te cortaste las uñas de los pies, te depilaste, o te pusiste una crema hidratante, y ya pensar en algo más como una mascarilla suena a lujo extraordinario para otra vida. ¿Es así tu día? ¿Sientes que al ir detrás de los niños, tener que velar por ellos prioritariamente y ocuparte de tu hogar, pensar en arreglarte es algo superficial y frívolo y que no tiene importancia?
Vamos a analizar porqué sientes esto. ¿Crees que si te arreglas no vas a ser una mamá tan dedicada o que no lo vas a parecer? ¿Cómo van otras mamás? Yo durante mucho tiempo fui espantosa, creyendo que solo importaban mis hijos, pero la realidad es que todos somos importantes y hay que encontrar un equilibrio. No necesito ir con una imagen penosa para decirle al mundo que soy una madre dedicada, la verdad es que ahora mismo venden ropa cómoda y bonita que se puede usar con niños, y no necesitas ir con el chándal, las chancletas y la camiseta vieja, puedes ponerte unos pantalones sencillos con una camiseta en un color favorecedor y unos zapatos planos y cómodos pero elegantes a la vez.
Si de verdad piensas en tus hijos y les priorizas a ellos, ¿cómo crees que ellos preferirán verte? ¿y cómo crees que preferirán que te vean sus amigos?
Arreglarte un poco es adecuado, y mucho más, es sano. Cuando te ves bien te sientes mejor, tienes más ganas de hacer cosas, incluso caminas de otra manera. Cuando estás todo el día en chándal y zapatillas parece que estás en actitud de "sofá", y no solo eso, estás mandando mensajes nada halagüeños a los que te ven caminando por la calle siempre igual:
- Mensaje 1: estás fatal. Eso asusta, la gente ya tiene mucho a diario como para tener que acercarse a alguien que obviamente no está en muy buen momento.
- Mensaje 2: no te valoras y/o respetas mucho. Eso invita a los demás a no valorarte o respetarte demasiado tampoco.
¿Qué hacer para romper este círculo?
Utilizar un poco de tiempo por la mañana, exactamente el mismo que usabas para ponerte el chándal y las chanclas, para ponerte un pantalón o falda más bonitos, y unos zapatos que no sean chanclas o zapatillas siempre para salir a la calle. Incluso si usas un par de minutos para ponerte colorete, rímel y brillo de labios, no te va a pasar nada. Esto no tiene nada que ver con el rol de la mujer, o ser un florero, muy al contrario, tiene que ver con tu autoestima, tu confianza, e incluso con tu actitud profesional. ¿Te imaginas a una alta ejecutiva de una multinacional en chándal y con las ojeras al viento sin más?
Incluso si eres una mamá en casa, eres una profesional, una mujer que ha escogido dedicarse a tiempo completo, y por lo tanto ese es su oficio, a la maternidad. ¿No mereces verte espléndida y que tus hijos te vean en tu mejor versión diaria?
Azucena Caballero
No hay comentarios:
Publicar un comentario