martes, 4 de marzo de 2014

Las curvas de peso y los percentiles

Hay muchos padres, y muchos pediatras/enfermeros, que cuando toca revisión del niño (“sano”, como dice la grabación aquí, en España, cuando llamas para pedir cita) lo viven como un examen. Un examen que les hacen a ellos como padres, y al niño, basándose en las curvas de peso. A ver si le doy bien de comer, si mi leche es “buena” o no. Y ahí es donde ya dejamos espacio para que nos generen dudas como padres.

Yo nunca le he hecho mucho caso a esto, también he tenido la suerte de que el pediatra de mi hijo nunca nos ha hablado de percentiles, pero a mis familiares más cercanos sí. Y por alarmar a los padres y tener ese pediatra una pésima formación en lactancia, y en pediatría me atrevo a decir, han acabado con una lactancia hasta ese momento feliz.

Y es que lo que muchos padres no saben es que los famosos percentiles son datos que se sacan de medias hechas con niños SANOS. 


¿Qué quiere decir esto? Pues que cualquier medida que este dentro de la tabla, bien por arriba o bien por abajo, es de un niño sano. Así que está igual de sano un niño que esté en la línea de arriba que en la línea de abajo

Estas curvas de peso no sirven para detectar ninguna enfermedad, solo sirven para tranquilizar a los padres (o alarmarles). Los percentiles tienen sentido en países que sufren problemas de nutrición y falta de alimentación, ahí sí son de utilidad. Pero aquí no.

Además, hay dos curvas distintas, ya que las curvas de los niños de biberón son distintas a los niños de pecho. Las curvas de los niños de biberón se salen por arriba, lo que supone más riesgo de obesidad y diabetes.

¿Y esto por qué? Por que los niños de teta pueden cubrir su necesidad de succionar (que la tienen todos los bebés) con el pecho, pero sin llegar a tomar leche. Sin embargo, con el biberón, cuando chupan comen. Por eso también se engorda más con la leche de fórmula. Pero eso no tiene por qué ser bueno, de hecho hay más casos de obesidad cuando son mayores.

Las tablas de pesos y crecimientos hay que saber interpretarlas bien, y además de usar las tablas adecuadas.

Es muy normal que hasta los 4 -6 meses el bebé vaya aumentado bastante de peso y cuando llegue a esta edad se estanque, suba muy poco o incluso pierda algo. Pero esto no tiene por qué ser extraño.

A los 4-6 meses del bebé es cuando la madre se incorpora al trabajo, el bebé mama menos, empieza con los purés, etc. Esto hace que engorde menos. Es un periodo de transición.
Cuando un pediatra o enfermero/a ve un cambio en la evolución del niño, lo primero que debería de hacer es preguntar si ha habido algún cambio en casa que pueda estar influyendo en el pequeño. Y no decir que es la leche de la madre que ya no le alimenta igual.

Y también, hay que tener en cuenta que se basen en las curvas de peso adecuadas. Actualmente, la mayoría de las medidas se hacen con las curvas de peso de Orbegozo, cuando las que habría que usar son las curvas de peso de la OMS. Ahí las tenéis, por si necesitáis llevársela al pediatra. Siempre es bueno tener información, si llega el momento.

Y no ha que dejar de lado la genética. Si los padres son chiquititos, pues el niño no será jugador de baloncesto. Obvio, ¿no?

Cómo veis hay varios factores a tener en cuenta.

Y es muy normal que a partir de los 4 meses vuestro bebé no coja tanto peso, pero es que imaginaos un bebé que todas las semanas, durante un año cogiese 250 gramos…en un año tendríamos un bebé de 12 kilos. Madre mía!

Además, a partir del primer mes no se recomienda que se pese al bebé todas las semanas. Y tened cuidado con los pesos de las farmacias…sé de algunos que están trucados para pesar menos y con la leche de fórmula para vender al lado. Se han denunciado, por supuesto. Pero no conocemos si el de al lado de casa estará o no correcto. Mejor pesar al bebé en el centro de salud.

Pero yo creo que solo hace falta mirar a tu bebé, si le ves feliz, activo y tranquilo, ¿Necesitas que te digan que está bien de peso? Mi familiar al que le dijeron que se había estancado en peso y estatura estaba precioso y super rechoncho. Pues bien, un par de meses después ya no tenía lactancia materna y sí muchos biberones.

Y un último dato solo, la leche materna engorda mucho más que cualquier otra comida. Ahí lo dejo.

Así que sí, las tablas de peso son importantes en países donde los bebés viven en condiciones mucho más de riesgo. Pero nuestros bebés, por suerte, no necesitan de tablas para saber que crecen sanos y felices. 

Margaret González Membrilla.


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