viernes, 8 de marzo de 2013

Consejos para ser madre y ser feliz



Hoy, 8 de marzo, es el Día de la Mujer Trabajadora. Un día para celebrar que las mujeres accedimos al mercado laboral. O quizá un día para recordar que muchas cometieron el error de querer equipararse en estilo laboral y vital con el formato masculino: ser el sostén económico de la casa aunque eso implique pasar doce horas fuera de casa y lejos de la pareja y los hijos.

Sin embargo no voy a escribir sobre ello, ya que cientos de blogs publicaron sobre ello ayer, publican hoy y quizá publiquen también mañana.

Hoy voy a contar lo difiícil que es ser madre. Sí, difícil y maravilloso. Difícil y agotador. Motivador, mágico, terrible, alegre, ansioso, doloroso. Aquí los padres también pueden incluirse, en primera persona y como acompañantes de embarazadas, parturientas y madres lactantes. ¿Cuáles son los enemigos de las madres y padres hoy día?:

  • nosotros mismos: con las evaluaciones constantes sobre lo que hacemos, los sentimientos de culpa, la ansiedad por anticipación de sucesos futuros. Porque damos vueltas a casi todo lo que hacemos con nuestros hijos, y a todo lo que dejamos de hacer, porque nos gustaría que tuvieran una vida feliz pero no podemos controlarlo totalmente, porque el esfuerzo físico y emocional con el que cargamos es excesivo para cualquier ser humano pero nosotras continuamos pasando nuestro límite
  • la publicidad y los mensajes tácitamente aceptados: nos bombardean con imágenes de lo que es una mujer-madre equilibrada, maquillada, exitosa, sin hemorroides, bien alimentada y libre de gases intestinales
  • las demandas de nuestros hijos y nuestra familia cercana: el miedo a dañar a nuestros hijos y crearles carencias hace que confundamos a veces lo que realmente necesitan y lo que son deseos prescindibles que chocan con nuestras propias necesidades. Y no faltan voces que nos hablan de cómo hacer para que se duerman, alimenten bien, sean independientes, estén bien formados... entre tanto eslogan llegamos a ser bastante incoherentes a veces

¿Y esto tiene arreglo? Pues sí y no:

  • los hijos son nuestra responsabilidad al menos hasta que vuelen solos. Sin embargo podemos acompañarlos para que hagan por sí mismos todo aquello para lo que estén capacitados, para que se hagan cargo de su persona sin necesidad de que les robemos descubrimientos y autoestima
  • la culpa no sirve para nada: los errores sirven para aprender y hacerlo mejor con el tiempo. La culpa te paraliza, te anima a sentirte víctima en lugar de actor de tu vida y hace a tus hijos sentirse incómodos por ser causa de tu malestar. Cambia la culpa por la responsabilidad: ocúpate en aquello realmente importante en tu vida familiar, hay muchas estrategias y personas que pueden facilitártelo
  • levántate cada día con una sonrisa y expectación ante lo que la vida y tus hijos te ofrecen: risas, cariño, besos, "tequiero", descubrimientos, experiencias compartidas, riñas y reconciliaciones. La vida con un niño es siempre inquieta, siempre nueva... y puedes aprender un montón gracias a sus preguntas sobre cada piedra, persona, nube y animalillo que se encuentran
  • párate y escucha tu cuerpo, tus emociones: descubre qué necesitas, qué quieres hacer y ser y ponte manos a la obra. Busca colaboración para el cuidado de tus niños, date un paseo, haz ejercicio, respira fuera de casa, visita a tus amigos, disfruta de tu helado favorito
 ¡Feliz maternidad!

Mª Pilar Gómez San Miguel

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