Cada vez que intentamos alcanzar una de nuestras metas hay un elemento clave que va a determinar si tendremos el empuje suficiente para persistir a pesar de los inconvenientes que aparecerán por el camino, y es la confianza en nosotras mismas.
Las metas que realmente valen la pena son aquellas que suponen un desafío, aquellas que nos sacan de nuestra zona de confort, pero necesitamos confiar en nuestra propia capacidad para hacer frente con éxito a todos los retos.
La autoconfianza es el motor que te mantiene en marcha en la dirección que has decidido, a pesar de los reveses y baches que te encuentres.
¿Pero qué sucede?
Que a menudo esa autoconfianza choca de frente con toda una serie de creencias negativas sobre nosotras mismas, y estar escuchando constantemente una vocecita interna que te dice que no lo vas a conseguir porque a ti nunca te salen bien las cosas, deprime y desmoraliza a cualquiera.
Las personas seguras de sí mismas no lo son desde el momento en que nacen, no se trata de una característica absoluta que se tiene o no se tiene, sino que se puede trabajar en ella para fortalecer esa seguridad.
Está claro que si quieres seguir esforzándote para vivir la vida de tus sueños vas a tener que empezar a creer que puedes conseguirlo, ¿no?
Aquí te dejo algunas estrategias que pueden ayudarte a recuperar la seguridad en ti misma:
Mantén un registro
Una buena idea sería que tuvieras una libreta, un diario o una agenda donde llevar un registro de todos tus logros, no importa lo insignificantes que te parezcan, si tienes tendencia a machacar y minimizar tus éxitos recuerda que no hay logros pequeños.
Puedes empezar a llenarlo echando mano de tu memoria y recordando tooooodos tus éxitos pasados, tanto personales, como profesionales.
Seguro que te has enfrentado a muchísimas situaciones nuevas que de entrada te habían parecido un gran reto y que ahora mismo realizas con tranquilidad y total naturalidad.
Cada vez que empieces a dudar de ti misma, mira tu diario y recuerda las veces que has tenido éxito en el pasado! Seguro que tu lista está llena de hitos que te hicieron temblar la primera vez que te enfrentaste a ellos:
- El cambio del colegio al instituto.
- La primera clase práctica para sacarte el carnet de conducir.
- Realizar un discurso en público.
- O incluso la primera cena en casa de tus suegros ;-)
Te aconsejo llevar también un registro de tus puntos fuertes.
Sí, esto suele costar un poco más, es fácil pensar que no tenemos ninguna característica destacable...
A menudo nos cuesta ver aquellas cosas que hacemos realmente bien, porque salen de nosotros de una forma tan natural que no les llegamos a dar la importancia que se merecen.
Así que si no consigues identificar los talentos que te diferencian de otros, piensa en qué tipo de elogios recibes por parte de los demás y para qué temas suelen pedirte ayuda.
Ahí lo tienes.
Comienza con metas pequeñas y asequibles
Especialmente si tienes auténticos problemas para recordar tus éxitos, empieza por establecer ahora un próximo objetivo que sea bastante fácil de alcanzar.
No intentes escalar el Everest de entrada, empieza por una pequeña etapa, a modo de calentamiento, y date el permiso para disfrutar de tu victoria mientras sigues alimentando tu cuaderno con nuevos éxitos y habilidades a potenciar.
A medida que vayas alcanzando esos pequeños objetivos que tú misma habrás establecido, irá aumentando tu confianza y te sentirás cada vez más ilusionada por apuntar hacia objetivos más grandes y ambiciosos.
Piensa y actúa como lo haría una persona de éxito hasta que tú misma te conviertas en una.
En el mundo anglosajón se conoce como “Fake it until you make it “ y aunque puede sonar algo chocante de entrada, quiero contarte por dónde van los tiros.
Por un lado, si actúas como una persona segura de sí misma, los demás te van a tratar como si lo fueras, y eso puede darte ese empujón que necesitas para confiar en tus posibilidades.
Todos tenemos la capacidad para enfrentarnos a los retos que aparecen en nuestro camino, pero lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso puede estar en ese diálogo interno que vas a tener contigo misma.
Para triunfar también es necesaria una actitud mental positiva, así que si actúas convencida de que vas a triunfar, cualquier obstáculo que encuentres en el camino vas a tener claro también que no te va a impedir llegar a tu meta, así que seguirás buscando soluciones hasta que las encuentres.
Cuando te repites a ti misma toda esta clase de mensajes positivos, no dejas espacio para que aparezcan esas voces internas que sólo juzgan, critican y torpedean tus ilusiones.
“No he fracasado. Tan sólo he encontrado 10.000 soluciones que no funcionan” - Thomas Edison.
En la vida no existen fracasos o éxitos absolutos, lo que realmente importa y marca la diferencia es la percepción que TÚ tienes de lo que te sucede.
La verdadera percepción de éxito está en tu mente.
Todos tenemos la capacidad para ver e interpretar nuestra vida desde una perspectiva esperanzadora basada en el aprendizaje.
En lugar de obcecarte porque algo no ha salido como esperabas, pon freno a esos pensamientos derrotistas y levanta la cabeza para contemplar todas las interpretaciones que puedes llegar a hacer de la situación y celebra todos esos aprendizajes como un verdadero éxito!
Neus Virgili
Maternidad a Tiempo Completo, Gestión del Tiempo y Desarrollo Personal
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ResponderEliminarPor si os interesa, echadle un vistazo ;)