martes, 30 de octubre de 2012

Recursos para la lectura, los comics



Cuando era pequeña me encantaba ver todos los tebeos que mi padre tenía siempre a disposición de los clientes. Era peluquero, trabajaba en casa, una puerta de la peluquería daba paso al hogar, así que lo tenía bastante fácil. Recuerdo claramente que al principio me aburría leer las viñetas, con lo que miraba los dibujos e imaginaba lo que podía estar pasando. Cuando me sentía demasiado perdida, pues leía  algún que otro recuadro y ya me ponía al día. 

Poco a poco fui ampliando los cuadros a leer, me di cuenta que la historia era mucho más divertida cuando me enteraba de todo lo que el creador había ingeniado. Finalmente me convertí en una gran lectora de comics. Aunque siempre me había gustado leer, no pasaba de los pequeños cuentos que todos solemos tener por casa, demasiadas páginas me "aburrían", porque era impaciente por acabar la historia. Con los comics tenía muchas historias (¿recordáis esos mix de comics con Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, El botones Sacarino,...) relativamente cortas que se hacían muy amenas.

El salto al gran volumen lo di más o menos con unos nueve años. Un verano, vacaciones familiares en casa de mis abuelos, y descubrí "La historia interminable", todo un señor libro, sin dibujos y con más páginas de las que nunca me hubiese imaginado. Me lo leí. Algunos días acababa con dolor de cabeza, no me extraña. Desde que me levantaba ese libro me acompañaba a todas horas. Hacía descansos, pero siempre teniéndolo cerca y a la vista. Desde entonces no he parado.

Todo formato literario da paso a un gran lector, siempre que dejemos que los niños sean los que decidan lo que prefieren leer y cuando les viene mejor hacerlo. O sencillamente dejar que hagan lo que yo, que imaginen lo que ven, que la lectura llegará con el tiempo.

Paloma M.
Escritora

No hay comentarios:

Publicar un comentario