jueves, 15 de noviembre de 2012

Aprendizaje y materiales didácticos

En un grupo virtual de apoyo para padres empezamos hace un par de días una conversación sobre los programas de la televisión y lo idóneos que son para aprender desde muchos puntos de vista.
Normalmente mucha gente alaba los documentales o las películas y en esto estamos todos de acuerdo. Pero había personas que defendían también otro tipo de programas - dibujos animados, tertulias de todo tipo, partidos deportivos…. El tema me hizo reflexionar y llegué a la conclusión de que cualquier programa es un "pretexto" para aprender, efectivamente.Debo especificar aquí que mi hija mayor y mi marido están ahora siguiendo la serie "Amar en tiempos revueltos" y hablan todos los días sobre aquella época, sobre Franco, la política, la economía, las clases sociales y la interactuación entre ellas, la historia… en fin, el tema da para mucho después de ver el capítulo. Yo no sigo la serie, pero escucho los comentarios, son muy interesantes. Mi hijo también asiste a veces a los comentarios (que siguen en el salón, en la cocina, al salir a la calle - según la actividad que haya después del visionado). La conclusión es que todos estos comentarios, todas las reflexiones que surgen, los intercambios de ideas y el material para pensar que queda es lo más importante, mucho más que el programa que los ha originado. De tal forma que mi hija se está haciendo una especie de documento personal donde apunta todo lo que a ella le parece importante para tenerlo a mano; le ha empezado a apasionar el tema y ha decidido hacer esta especie de proyecto personal.Ya lo dice Alan Thomas y yo lo corroboro: la herramienta más importante para aprender no es el televisor, la radio o soportes físicos especiales, no, lo realmente fundamental es la conversación en torno a todo esto. Y lo esencial es acompañar a los niños cuando se utilizan estos soportes para que los mismos tengan de verdad valor. Es decir, en su aprendizaje los niños no deben sentirse observados o abandonados, sino acompañados.

A nosotros nos gusta conversar y, aparte de leer, vemos películas, documentales, programas de otro tipo, y comentamos lo que nos deja perplejos o lo que nos gusta, buscamos información relacionada para profundizar más ... realmente esto equivale a un trabajo académico complejo, pero enfocado de otra forma. En este mundo hay miles de enfoques distintos para cada persona ya que el aprendizaje es un proceso orgánico y no tiene lugar sólo de una forma. Y esto me hace enlazar con un tema extremadamente interesante ya que cada vez hay más padres que preguntan qué hacer para que sus hijos aprendan y estudien. Evidentemente se refieren al estudio de tipo académico - una cierta manera de estudio académico según se comprueba siempre, la que nos inculcan de forma oficial a través de las instituciones educativas: leer, escribir, memorizar. Pero, señores míos, esta manera de estudiar como mucho puede servirles a los adultos, y ni siquiera a ellos, ya que los que tienen éxito en ello son personas en las que se han juntado más condiciones: el interés y la pasión que tenían por el tema estudiado y el aprendizaje previo alternativo de otros conocimientos que pusieron las bases de sus estudios posteriores.Hay que tener en cuenta que a edades tempranas es mucho más fácil y práctico enfocar el trabajo académico de forma distinta a como se enfoca de adolescente o de adulto. El problema es que, como se nos inculca la idea del trabajo estructurado de pequeños, la gente se cree que sólo así se debe estudiar. El error más grave de nuestro sistema educativo es imponer sólo este modelo de estudio como único válido y descartar el aprendizaje vivo, orgánico, el que se da cuando hay una interacción entre el que aprende y el acompañante. En mi experiencia los niños tienen otra manera de aprender, más "desestructurada" desde el punto de vista adulto, pero más eficiente y duradera, en la cual el juego y las conversaciones juegan papeles decisivos. Es más, la conversación que tiene lugar desde posiciones iguales es la más fructífera, es la que más estimula la curiosidad y el interés del niño. Y también la sinceridad es importante ya que el aprendizaje se apoya en la veracidad de los comentarios y de las actitudes, en la seriedad con la que tienen lugar las respuestas, la consciencia del acompañante de que su respuesta es sincera cuando la ofrece. 
Si me permiten, no olviden de hablar con vuestros hijos, siempre, desde que son pequeños hasta que llegan a adultos... Los materiales, los recursos, el televisor, la radio, los museos, los libros - están bien, pero sólo son objetos muertos si no toman vida en las conversaciones diarias, en la interacción de los miembros de la familia, en las reflexiones entrelazadas de todos.

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