A raíz del nacimiento del hijo de Shakira y de un par de desafortunadas elecciones posteriores, la blogosfera maternal se ha caldeado mucho unas semanas atrás: que si era peor por hacer esto, que si no lo era, que a quién se le ocurre salir con el niño así, que a quién se le ocurre criticar a una madre reciente... y así, criticando la crítica, salieron muchos temas interesantes a colación.
Imagen vista en el blog de la Vanguardia |
En realidad, creo que nos complicamos la vida mucho. Muchísimo. Sucede algo parecido cuando trabajas en grupos de apoyo a la crianza (ya lo he comentado alguna vez), y es que a veces sentimos que estamos pisando una finísima y complicada línea, mientras de un brazo te tiran todas las responsabilidades que tienes como comunicadora o como conocedora de algunos temas y en el otro te pesa la responsabilidad de no herir, no juzgar, no rechazar, apoyar... pero ¿cómo hacerlo cuando las posiciones son contrarias e irreconciliables?
Personalmente creo que no es imposible, pero sí que hay que aceptar dos premisas fundamentales:
La primera es dura, y es la responsabilidad. Debemos aceptar que la inmensa mayoría de las cosas que nos suceden, lo que vivimos, cómo lo interpretamos son responsabilidad y decisión nuestra. Si un peque de dos años se pone frenético a la hora de acostarse porque me he entretenido tendiendo la colada y se ha pasado de vueltas, es responsabilidad mía. No digo "culpa mía", digo responsabilidad. Y debo aceptarlo y buscar las formas humanamente posibles que eviten que vuelva a suceder así como acompañar mientras tanto y respirar hondo. No hay fórmulas mágicas.
La segunda también es muy dificil, pues supone aquello que tantas veces se ha dicho del trato con los más pequeños: centrarnos en la conducta, no en la persona. Ante esa típica, habitual respuesta de "no soy mala madre" o "no se es mejor padre por..." debemos centrarnos en el hecho y en cómo afecta a las criaturas.
- Shakira no es una "X" por elegir una cesárea programada para tener a su hijo el día que la luna esté alineada con Saturno (la verdad, no recuerdo cuál era el supusto motivo definitivo). Pero Shakira, sus fans, mamás y la población general TIENEN QUE SABER que programar una cesárea tiene consecuencias negativas para el bebé y que debe sopesarse con mucha cautela. Y -sobre todo- SE TIENE QUE SABER que los profesionales que la ofrecen no deben dejar de ser eso: profesionales por encima de todo: del dinero, de los protocolos y de las chorradas.
- El método Estivill es dañino, demostrado científicamente. Eso no quiere decir: "tú, madre que lo aplicas quieres hacer daño a tu hijo". Significa "mira estos datos, sopésalos y evalúa si tu sueño es más importante que la amígdala de tu hijo". Quién sabe, quizá haya ocasiones en las que sea así. (Ojalá no, pero a estas alturas hemos visto casi todo tipo de situaciones personales inverosímiles).
- Un niño pequeño no debe estar diez horas alejado de su madre. No diremos nunca: "vaya madre mala que no quiere a su hijo y prefiere hacerse la manicura". Pero sí tenemos licencia para presentar las características del apego infantil y su importancia para el desarrollo de la personalidad y el sistema emocional futuro.
Y por supuesto, intentemos prestar ayuda. Nunca insistiré lo suficiente en la necesidad de redes de crianza potentes como alternativa saludable a esta sociedad de locos que nos ha tocado vivir.
Así que critica, sin miedo, pero critica bien. Los niños del futuro te lo agradecerán.
Beatriz Coronas
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