lunes, 24 de febrero de 2014

Por qué ser madre no es fácil: 5 razones para sentirte razonablemente perdida


La maternidad, tan traída, llevada y debatida. Tan manipulada y corregida. Tan plena y revolucionaria. Seas quien seas, vivas donde vivas, hables el idioma que hables. Tengas la cultura que tengas.

Engendrar una vida y llevarla en el vientre durante meses crea un vínculo especial, modela a la criatura y también a la mujer, porque existe intercambio de material genético entre feto y madre que entre otras cosas evita el rechazo a la nueva vida y reduce los niveles de estrés físico de las mujeres.

La cantidad de hormomas compartidas establece un vínculo muy fuerte y pretende garantizar el cuidado del bebé cuando nace. Quizá por eso nos sentimos tan vinculadas a los hijos que damos a luz, tan removidas emocionalmente, tan generosas y disponibles.

Puede que nuestro estilo de vida no nos ayude mucho en esta tarea que la naturaleza nos encarga, puede que nuestra propia crianza no haya sido el mejor modelo para desarrollarla, puede que después de todo, la genética no sea suficiente sin un entorno que nos enseñe cómo ser madre.

Por estas y otras razones nos sentimos a menudo razonablemente (o terriblemente) perdidas, desorientadas, dudosas, culpables, siempre mirándonos bajo la lupa de la autocrítica. ¿Por qué?:

  1. Tu hijo necesita mucho de tu tiempo, casi todo del que dispones, durante muchos meses; antes o después te sientes exhausta, más si no tienes apenas apoyo de otras mujeres, tu pareja o tu familia
  2. Crece sin parar y los desafíos para ti  se acumulan: cuando pareces haberle cogido el aire a ese nuevo carácter que desarrolló al empezar a andar, empieza a pedirte cosas o se enfada cuando no consigue lo que quiere hacer y te pilla por sorpresa ese despliegue de personalidad y cómo reclama su propio espacio
  3. Es el primer nieto, sobrino... de la familia, todos se desviven por él y te dan consejos, recomendaciones, advertencias y sugerencias a tiempo y a destiempo sobre cómo corregirlo, ponerle límites, enseñarle las cosas de la vida; dudas, te sientes incomprendida, invadida, cuestionada
  4. Reaccionas en función de lo que aprendiste de tus propios padres, cuando crees tener controladas conductas o frases que te desagradan y no quieres usar en la educación de tu hijo te "asaltan" en mitad de un enfado o un conflicto
  5. El niño crece y sus respuestas te desconciertan y no sabes si estás "haciéndolo bien", si es suficientemente asertivo o a veces un poco descarado, si es bueno que sea autónomo o prefieres controlarlo un poco más, si puede decidirlo todo o es mejor darle consejos
Para encontrar mayor seguridad y garantizar que tus hijos heredarán casi todo lo bueno que tú tienes para ofrecer y solo algunos de tus malos ejemplos  puedes hacer un trabajo de revisión personal y autoconciencia, con el que dar un giro a aquello que te incomoda y no sabes cómo resolver.

Madres Capaces es una respuesta a esa demanda de auxilio de tantas mujeres que desconfían de sí mismas y de su capacidad para acompañar a sus hijos, que poseen las cualidades y sólo necesitan deshacerse de creencias que las limitan. Una respuesta para madres que realmente están comprometidas con su familia, que quieren hacerlo mejor.


Si estás pasando por una situación semejante, si deseas resolver de una vez por todas las dificultades y continuar educando de ahora en adelante con inteligencia emocional y dándole lo que necesitan, sentirte segura de lo que haces y desarrollar la sabiduría que da la maternidad pasa por Madres Capaces.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por compartir estas razones. Es fácil como primeriza perderse entre tanto consejo, tareas con el bebé, labores del hogar, trabajo ( si continuas haciendolo), y al final del día sentir que no has hecho realmente nada.
    Es imporante que nos recordemos que estas experiencias son las que nos hacen mejores personas, y al final mejores madres

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