jueves, 8 de diciembre de 2011

Dichosos catigos


Cuando trabajo en consulta con padres y madres existe un patrón que se repite casi siempre, la negación de los errores. Me refiero a los errores que los adultos cometemos en la crianza.

Es fácil, cuando estoy haciendo un taller que las madres y los padres que asisten piensen que tenían que haber conocido este taller hace mucho tiempo, de forma que los conflictos que han tenido con sus hijos no hubieran llegado a "mayores".
Tanto en la consulta, como en los talleres, advierto que unicamente usamos aquello que nosotros conocemos, y que es imposible usar algo que nadie nos había enseñado antes.

Pero la mayoría de los adultos y adultas hemos crecido en un ambiente de premios y castigos, un ambiente que castigaba el error, y por lo tanto impedía que aprendieramos de él. De ahí que la creencia que está detrás de estas actuaciones, sea la de que el error no tiene perdón. Esa creencia lleva aparejados unos sentimientos negativos, que impiden la aplicación de las nuevas herramientas de comunicación que se están aprendiendo.
En más de una ocasión, es estrictamente necesario liberar a las personas de esos sentimientos, para que puedan sentir verdadera curiosidad por el comportamiento de los peques. De esa forma el interés principal se centra en la motivación del peque, no en la vergüenza por su "error" y en pensar la forma en que le corregiran.

Todos los comportamientos son los adecuados si los comparamos con la motivación que los guía. Por lo tanto, si los adultos conocemos la motivación que guía a los peques, tendremos mejor probabilidad de guiar su motivación hacia el comportamiento más acorde. Cambiaríamos el objetivo, que ya no sería qué castigo es el más adecuado, sino qué motivación es la que mi hijo o mi hija aún no tiene...

Renunciar a los castigos, tiene más vertientes de las que a simple vista parece, y una de ellas es precisamente las huellas que dichos castigos han dejado en nuestro modo de ver y actuar en la vida.

Teresa García.
Psicóloga clínica.
Sin Castigos

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