lunes, 1 de julio de 2013

Mujeres Empoderadas: Virginia Woolf. ¿Se puede estar atormentada y ser una mujer empoderada?

Virginia Wolf se suicidó cuando solo tenía 59 años, para muchos esa decisión suya es un síntoma de lo atormentada que estuvo siempre por su trastorno bipolar y fue una rendición, una forma de confirmar que su vida estaba, estuvo siempre mal, que estaba absolutamente perdida y trastornada y que no fue capaz de superar sus sombras.

Yo no estoy de acuerdo.

Stella Benson y Virginia Woolf

Decidir de forma lúcida cuando y cómo morir ¿acaso no es empoderante también? Virginia a pesar de los abusos de sus medio hermanos, las muertes de sus padres y su hermana, y el trastorno de salud mental que todo esto le provocó y que le creó diversos cuadros depresivos, se levantó de esa sombra y se convirtió en una mujer empoderada y feminista en plena época victoriana. Se casó con un hombre al que amaba, tuvo una vida rica, donde se manifestó como una mujer fuerte, fue editora, escritora, asumió su sexualidad (bisexual) sin problemas ni complejos. No son mujeres empoderadas solo las que tienen vidas felices o fáciles, son mujeres empoderadas las que asumen su poder para buscar la vida que desean y transformar su realidad si no les gusta.

Virginia, con el cuadro familiar que tuvo y sus depresiones se podía haber quedado sentadita en un sofá, ociosa, sin hacer nada, como hacían otras mujeres de su ámbito social en la misma época, pero ella no se dejó vencer, se empoderó y logró en medio de sus miserias (¿quien no las tiene?) y de su enfermedad tener una vida de acción, de sí ejercer su poder, de escribir sus libros, de viajar, conocer a gente, salir, avanzar.

Virginia es un ejemplo de superación en las peores circunstancias. Una mujer empoderada es la que avanza, no la que lo tiene todo fácil sin más. Y la nota de suicidio de Virginia creo que deja muy claro que era una mujer muy lúcida que sencillamente no quiere vivir si es para estar enferma, y asume su decisión y la ejecuta. No veo nada desempoderante en ello. Trágico sí, la muerte siempre lo es, pero no desempoderante.
Se puede tener una vida atormentada y empoderada, por supuesto, ya que parte de esos tormentos en muchas ocasiones, provienen de etapas de tu vida en las que no podías ejercer plenamente tu poder, como es la infancia o la adolescencia, y luego tienes que vivir con ello. Así que muchas mujeres asumen ese tormento, ese proceso y desde ahí se levantan y siguen. Creo que es el caso de Virginia Woolf. 
Su nota de suicidio precisamente está escrita en un intervalo lúcido en el que ve que está a punto de recaer, porque ha tenido varios avisos de que se le viene de nuevo otra crisis, y decide que ya no quiere vivir más así. Se despide del marido en la nota, con una de las cartas de amor más emotivas que jamás se hayan escrito, diciéndole que no se puede ser más felices de lo que ellos han sido, y diciéndole lo maravilloso que ha sido estar con él, pero que no quiere vivir más con esas crisis, con ese sufrimiento y sintiéndose así, y decide terminar con su vida. Es muy duro, siempre que alguien se suicida es terrible para los que quedan, pero fue una decisión consciente, no un arrebato repentino. Y sí, en el fondo estaba deprimida, por eso se suicidó, porque no quería seguir viviendo con esa depresión que le creaba su trastorno bipolar. Ella quería vivir bien, no podía, y en esas condiciones no quería. Prefería que la recordaran como era en las etapas felices y no tener que soportar otra vez la oscuridad y la desesperación de su enfermedad, y asumió su poder, su decisión, y la ejecutó. Duro y terrible, sí, pero poderoso también.

De hecho, ojalá hubiera nacido ahora, se hubiera podido tratar su enfermedad y hubiera podido desarrollar una vida plena, más feliz y más intensa si cabe.

En "Las horas" de Michael Cunningham (novela inspirada en Virginia Woolf y su novela "La señora Dalloway"), Laura Brown, el personaje de la "lectora" elige vivir, irse, empezar otra vida. Cuando no se soporta la vida que uno tiene, a los que no están en la piel del que padece siempre nos parece que puede elegir irse y empezar de cero, pero no es cierto, no siempre se puede. En el caso de Virginia, irse no iba a liberarla de sus circunstancias, la enfermedad no iba a desaparecer porque ella se fuera y lo sabía, creo que ese profundo autoconocimiento al que llegó de sus propias limitaciones, nos habla también de poder. En cualquier caso, las circunstancias de su muerte no pueden acallar todo lo que vivió, lo que logró, lo que se esforzó, lo que superó y lo que sí disfrutó. Es mucho más importante como vive la gente que como muere, su legado es su vida, y para mí el legado de Virginia Woolf es valiente y fuerte, por encima de la imagen alienada que nos quieren dar por como decidió morir, su vida, su obra, su ejemplo en muchísimas cosas nos inspira, la vida de las personas es lo que nos aporta e inspira, con eso me quedo.

Azucena Caballero

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