A veces en nuestro emprendimiento como mamás que somos, vamos de culo, sí como suena, de puto culo. Si además nos sucede algún imprevisto, algo nos falla o sale mal, etc, nuestros niveles de estrés pueden llegar al límite, y encima te va a suceder casi siempre el día que tienes un compromiso que no puedes cancelar, o que más complicado ya era sin añadir cosas nuevas.
¿Qué sucede esos días?
Sinceramente, ese día nuestro trabajo se va a resentir, no vamos a dar lo mejor de nosotras. Si puedes reducir lo que tenías previsto, mejor, pero si no, asume que no va a ser el día en que ofrezcas tu mejor servicio, hazlo lo mejor que puedas en medio de tus circunstancias, y agradece cualquier retroalimentación que te hagan.
No va a ser el mejor feedback de tu vida, seguramente te dirán cosas que ya sabes, que ya sabías antes de empezar con tu tarea de ese día, pero piénsalo bien, si además de dar un servicio peor, más pobre, menos animoso, etc, cuando te comunican que no has estado estupenda, encima empiezas a poner excusas que al otro en realidad le importan poco ¿cómo quedas? No te excuses, agradece el comentario, y sigue adelante. Tú ya sabes que mañana será mejor, ten paciencia, respira, y continúa avanzando.
¿Qué sí puedes hacer?
Evalúa los daños y actúa en consecuencia. Te voy a ayudar dándote algunas pautas:
- ¿Es algo sin importancia o que no va a tener impacto en tu negocio? En ese caso relájate, descansa y empieza a enfocarte en ofrecer lo mejor de ti nuevamente.
- ¿Es algo que merece si bien no una excusa, sí una disculpa? Discúlpate. Punto.
- ¿Es algo que puede ser compensado con otra actuación o con un pequeño servicio complementario? Ofrécelo y muéstrale a tu cliente que puedes ofrecerle un maravilloso servicio y que lo del día anterior fue realmente algo circunstancial.
Ya sé que no soy monótona, y que mis presentaciones no aburren, por suerte tengo mucho feedback fantástico todas las semanas, pero estuvo fenomenal tener ese feedback de todo lo que tenía que mejorar ese día, incluso aunque ya fuera consciente de ello, porque la realidad es que a nadie le importa que pasó en mi día, les importa lo que ellos van a recibir, y hay que aprender a gestionar esos momentos también para que no vuelva a pasar y ser capaz de dar un servicio si no óptimo, sí bueno, y si nos pasa algo así, buscar la forma de minimizar su impacto.
Y ese es mi consejo para hoy. Cuando la cagues, evalúa los daños, actúa en consecuencia, jamás pongas excusas, no le interesan a nadie, y agradece los consejos y ayuda que te están brindando. Si además puedes hacer algo que compense a tus clientes y/o seguidores. Mucho mejor. Es lo que yo hice, agradecer e intentar compensar un poco con una grabación de uno de mis webinars sobre el mismo tema, y de verdad que creo que es lo mejor que puedes hacer.
Azucena Caballero
Te comprendo, me ha pasado y hasta hace poco era llena de excusas ahora cambié mi forma de ver las cosas. Al final no es onda andar de excusitis.
ResponderEliminarY asi es, ni modo y a seguirle. Muy buen post Azucena!! te mando un abrazo!
Azu, un mal día lo tiene cualquiera.Gracias por transformar tu experiencia en una enseñanza para todas. Un abrazo inmenso.
ResponderEliminarGracias por este consejo y compartir la realidad de estas cosas que inevitablemente pasan alguna vez un por suerte no muchas veces.
ResponderEliminarSolo podemos avanzar ;)
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