¿Sabes escuchar? ¿Desde qué lugar,
posición o paradigma lo haces? ¿Sabes que tipos de prejuicios tienes sobre las
personas con quienes hablas?
No nos damos cuenta, pero entendemos lo
que oímos y vemos en función de nuestras ideas, creencias y suposiciones.
Nuestra forma de entender el mundo nos hace percibir lo que los demás dicen en
un sentido u otro en función de nuestra propia visión del mundo y del momento y eso a veces está bien, pero en otras ocasiones nos hace
limitarnos, porque no estamos lo bastante abiertos para entender mensajes
diferentes o nuevos.
Y nos pasa a todos, es lo más habitual.
Te voy a poner un ejemplo sencillo, de
hace poco.
Publiqué en mi muro personal de Facebook (no en una de mis fanpages profesionales) un mensaje que sin dar muchos detalles, estaba abierto a varias
interpretaciones, como mínimo a una de carácter profesional y a una de tipo
personal. Muchas personas me escribieron mensajes de apoyo sin entrar a valorar
a qué me refería, solo deseando que todo fuera para bien, pero otras lo hicieron dando por hecho que yo hablaba de
algo profesional, incluso me mandaron mensajes preguntándome por mi nuevo proyecto. Esas respuestas estaban dadas por el paradigma en el que esas
personas me sitúan, me ven como a profesional o ellas están también en un
momento de avance profesional y conectan con eso, no pensaron en que me podía
referir a algo de mi vida personal en la que también suceden cambios, hay que
trabajar en ellos y no siempre es fácil aproximarse a lo que se viene en ese
terreno. No estaban abiertas a ver más allá del lugar en el que me han puesto en su mente (aunque ahora seguro que le están dando la vuelta a esa idea inicial, es lo maravilloso de nuestro cerebro que nos permite recolocar todo en función de lo que va llegando).
Ser conscientes de que casi nunca somos
realmente objetivos y vemos el mundo desde el lugar en el que nosotros estamos
es algo importante y útil, porque nos permite trabajar sobre ello para mejorar
nuestra escucha, nuestra empatía, y mejorar nuestra capacidad de creación de
sinergias para trabajar por, para y con nuestros seguidores y clientes.
Cuando emprendemos ser conscientes de
esto es muy importante, porque si podemos cambiar nuestro punto de escucha y
amoldarnos a nuevos paradigmas, los de nuestros seguidores y clientes
potenciales, podremos ofrecerles lo que desean y necesitan, ayudares mejor y
ofrecer un mejor servicio más ajustado a sus necesidades.
¿Te acuerdas de la historia del padre con
los niños en el metro que no paraban de saltar y hacer ruido que contaba
Stephen Covey en “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”?
Era esta:
"Recuerdo un «minicambio» de
paradigma que experimenté un domingo por la mañana en el metro de Nueva York.
La gente estaba tranquilamente sentada, leyendo el periódico, perdida en sus
pensamientos o descansando con los ojos cerrados. La escena era tranquila y
pacífica.
Entonces, de pronto, entraron en el
vagón un hombre y sus hijos. Los niños eran tan alborotadores e ingobernables
que de inmediato se modificó todo el clima.
El hombre se sentó junto a mí y cerró
los ojos, en apariencia ignorando y abstrayéndose de la situación. Los niños
vociferaban de aquí para allá, arrojando objetos, incluso arrebatando los
periódicos de la gente. Era muy molesto. Pero el hombre sentado junto a mí no
hacía nada.
Resultaba difícil no sentirse irritado.
Yo no podía creer que fuera tan insensible como para permitir que los chicos
corrieran salvajemente, sin impedirlo ni asumir ninguna responsabilidad. Se
veía que las otras personas que estaban allí se sentían igualmente
irritadas. De modo que, finalmente, con lo que me parecía una paciencia y
contención inusuales, me volví hacia él y le dije: «Señor, sus hijos están
molestando a muchas personas. ¿No puede controlarlos un poco más?».
El hombre alzó los ojos como si sólo
entonces hubiera tomado conciencia de la situación, y dijo con suavidad: «Oh,
tiene razón. Supongo que yo tendría que hacer algo. Volvemos del hospital
donde su madre ha muerto hace más o menos una hora. No sé qué pensar, y
supongo que tampoco ellos saben cómo reaccionar».
¿Puede el lector imaginar lo que sentí
en ese momento? Mi paradigma cambió. De pronto vi las cosas de otro modo, y
como las veía de otro modo, pensé de otra manera, sentí de otra manera, me
comporté de otra manera. Mi irritación se desvaneció. Era innecesario que me
preocupara por controlar mi actitud o mi conducta; mi corazón se había visto
invadido por el dolor de aquel hombre. Libremente fluían sentimientos de
simpatía y compasión. «¿Su esposa acaba de morir? Lo siento mucho... ¿Cómo
ha sido? ¿Puedo hacer algo?» Todo cambió en un instante.”
Cómo cambia la visión ¿verdad? y cambia
también la comprensión, así como el entendimiento de la ayuda que podemos
proveer, como aportar servicio a las necesidades de esas personas, y
todo eso solo por escuchar de manera empática y sin prejuicios ni suposiciones
previas.
Recuerda que escuchar de manera abierta,
sin presuponer nada te ayudará a mejorar en tus servicios, porque al final tu
emprendimiento va de poder dar a tus clientes lo que desean, ese es el objetivo de tu negocio, dar el servicio que cubra lo que realmente quieren tus clientes.
Azucena Caballero
Justamente me estoy leyendo el libro de Covey ahora y lo tengo casi desde la uni... y cada vez tengo más claro que los libros son como las personas que llegan cuando las necesitas. Me has dado mucho para pensa Azu!!
ResponderEliminar¡Cómo me alegro!
ResponderEliminarEs que es algo importante ;)