La inmensa mayoría de los adultos reaccionamos a los premios y los castigos. Esta cultura, basada en el control limita la autovaloración positiva y en muchos casos la impide.
Las consecuencias del control son de muchos tipos, pero hoy hablo de una de las más duras, la manipulación. Por una experiencia muy cercana, he sido testigo directo de cómo una persona adulta manipula a cientos de personas adultas mediante los premios y los castigos.
También he observado la reacción de algunas de esas personas, buscando el “refuerzo positivo” del adulto, que descaradamente les estaba manipulando. Una de esas personas, una mujer, con un bebé de pocos meses, que en pleno puerperio escribe una carta agradeciéndole sus palabras. Y eso que ella ha recibido un trato muy vejatorio por parte del manipulador, que no es su esposo, es alguien ajeno a la familia.
Y hoy, me pregunto en silencio y con algo de tristeza, ¿qué diferencias encontraría en el mundo si no existieran los premios y los castigos? ¿el manipulador, lo haría si no hubiera sido castigado y premiado en su infancia?
Teresa Garcia.
Psicologa clínica.
Hola Teresa, me gustó mucho tu artículo.
ResponderEliminarPrecisamente hace unos días escribí un post en mi blog sobre el comportamiento en el trabajo de los adultos que fueron criados con recompensas y castigos.
Es importante que pensemos en el futuro de nuestros hijos y que reflexionemos sobre las consecuencias que tendrán nuestras acciones presentes sobre sus vidas.