viernes, 9 de marzo de 2012

Adultos responsables


Cuando decidimos tener hijos y hacernos responsable de su cuidado y educación no nos hacemos una idea certera de lo que supone. Se trata de procurar los cuidados básicos, cubrir las necesidades fundamentales de los bebés-niños, fomentar un ambiente sano y respetuoso, cuidar con afecto...

Esto sumado a las necesidades que también tenemos los adultos puede convertir la vida familiar en un equilibrio difícil de mantener: tantas personas, cada uno con su sentir particular... Sin embargo, no es una buena idea echar la culpa de los malos momentos a otros: nuestras emociones y reacciones son enteramente nuestras.

El ambiente que vivimos en la familia es enteramente responsabilidad de los adultos, no podemos responsabilizar a los niños. Por supuesto que influyen con su inexperiencia en los conflictos, su falta de lógica, sus problemas. También con su vitalidad, dinamismo, creatividad.

Puede parecer más sencillo culpar a los niños de nuestro enfado o frustración, del mal ambiente porque tuvimos que gritar para que nos hicieran caso... pero realmente es más satisfactorio y sobre todo, honesto y liberador, asumir los propios actos.

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