lunes, 21 de julio de 2014

No permitas que tus malos hábitos te alejen de la vida de tus sueños




  
Imagen cortesía de bplanet / Freedigitalphotos
 Todos tenemos nuestras costumbres y nuestros hábitos, pero no todos tienen la misma función: algunos nos ayudan a avanzar en nuestros proyectos y alcanzar nuestros sueños y otros nos mantienen alejadas de nuestras metas.

Un hábito, sea bueno o sea malo, es un comportamiento adquirido, algo que a base de ir repitiendo varias veces hemos llegado a automatizar, convirtiéndose en algo que se hace sin pensar.

Esta automatización tiene su parte positiva, supone un ahorro de energía y nos permiten enfocarnos en otras actividades que requieren nuestra atención; pero también los malos hábitos pueden instaurarse en el nivel de la inconsciencia y perjudicarnos seriamente.


  • Para algunas personas puede ser la necesidad de fumar o tomar una copa en determinadas situaciones sociales.
  • Para otros acudir rutinariamente a la nevera para ver qué hay.
  • Tal vez la costumbre de morderse las uñas.
  • La tendencia a realizar compras compulsivas.
  • La propensión a chequear la bandeja de entrada o las notificaciones de facebook constantemente.
  • Etc.

 Tal vez reconozcas alguno de estos hábitos como propio, y seguro que si te paras a pensar en ello verás que no son conductas que te aporten ningún beneficio a largo plazo.



La función de los malos hábitos
 
Son muchas las actividades rutinarias que se instauran en nuestra vida y que cumplen una función, incluso los malos hábitos tienen una razón de ser, y es que nos sirven para saciar una necesidad… pero… ¿una necesidad de qué?

Déjame que te cuente algo.

La mayoría de esos malos hábitos están relacionados con nuestra incapacidad para manejar el estrés y el aburrimiento de forma eficaz. 
 
Como lo oyes.

Muchos de esos hábitos aparecieron en algún momento como un mecanismo de defensa que te permitía evitar hacer frente a ciertas situaciones que te resultaban incómodas por el motivo que fuese.

Y ese algo, que originalmente era una excusa, acabó convirtiéndose en una costumbre que ya tienes completamente interiorizada.

Todos los hábitos tienen un desencadenante, hay momentos en los que se nos hace cuesta arribar enfocarnos en un proyecto, quizás tenemos miedo a que algo salga mal, quizás nos sentimos inseguras, o simplemente estamos evitando salir de nuestra zona de confort

En esas situaciones, consultar tu móvil para ver si tienes algún mensaje o ponerte a buscar inspiración en Pinterest para decorar el dormitorio de los niños, puede ayudarte a relajar esa tensión, ¿verdad?

Este tipo de acciones te ayudan a calmar tu malestar pero no están realmente relacionadas con aquello que te incomoda, sólo son una distracción, algo que sin darte cuenta te aleja de tus verdaderos objetivos.

 


¿Por qué mantenemos esos malos hábitos?


Lo primero que debes tener en cuenta es que se trata de conductas o pensamientos automáticos que llevamos a cabo sin pensar en por qué lo estamos haciendo; es algo que llevamos haciendo tanto tiempo que salen solas.

Y nos cuesta romper con ellos porque nos hacen sentir mejor de forma inmediata  (una se siente muy bien cotilleando por internet en lugar de hacer frente a las montañas de ropa sucia, ¿o no? ;-) )
 Sea lo que sea, es algo que tú experimentas como un beneficio, algo que te recompensa a muy corto plazo y que te hace perder de vista las consecuencias a largo plazo.

  
Instaurar hábitos sanos y productivos

Imagínate qué cambios experimentarías si, cada vez que te sintieras aburrida y desmotivada, en lugar de acudir a tu nevera para picotear cualquier cosa, salieras a correr un rato.

O qué efectos tendría en tu economía doméstica el manejar conscientemente el flujo de dinero y destinarlo a comprar lo que realmente necesitas.

¿Y si pudieras focalizar tu atención en un proyecto en lugar de dispersar tu atención con cualquier cosa que llamase tu atención?

¿Cómo sería tu vida entonces?



¡Quiero eliminar mis malos hábitos!


Romper con los malos hábitos no sólo es posible, también es necesario para alcanzar tus metas, pero debes saber que no va a ser algo rápido. 

Tanto aquello que pone en marcha la conducta como la recompensa que obtienes operan a nivel inconsciente y se dan de forma automática, así que para eliminar algunos hábitos, o sustituirlos por otros, vas a tener que romper esa cadena de forma consciente.

Para cambiar ese patrón será necesario que empieces a hacer cosas diferentes a las que vienes haciendo, porque si sigues como hasta ahora, vas a seguir perpetuando esas malas rutinas que te perjudican.

En el próximo artículo voy a hablarte de un sencillo sistema de pasos para eliminar de tu vida esos malos hábitos que surgen fruto del estrés y el aburrimiento y boicotean tus proyectos.


Neus Virgili
ExplorandoLaMaternidad.com

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