lunes, 18 de junio de 2012

El Bosque de las Turquesas III



Los Etxucos son el pueblo de las arenas, antaño convivían en paz junto a los kidogandis, pero su corazón triste y amargado acabó por separarlos. Recluidos en sus tierras se volvieron huraños y acabaron con toda la alegría a su alrededor. Las flores se fueron marchitando, los árboles secando y los animales terminaron por huir.
Hoy tan solo queda arena en un vasto desierto que se atraviesa en contadas ocasiones. Los etxucos terminaron por esconderse bajo tierra, su aspecto se fue desmejorando hasta convertirse en lo que son hoy, un pueblo consumido por su propia amargura. 
Esperan ansiosos la llegada de cualquier extraño al que robarle su alegría, puesto que los etxucos se alimentan de ella, incapaces de cultivarla por si mismos, la necesitan tanto como el viciado aire que respiran. Es su alimento, dejando al que es atrapado en sus dominios tan atormentados como ellos.
Algún kidogandi ha sufrido estas consecuencias, al no andar demasiado atento o despistarse por un segundo. Los etxucos los persiguen, siendo su presa más ansiada, porque no conocen la desdicha, todos sus pensamientos son alegres.
Extracto del cuento "El Bosque de las Turquesas"
Paloma M.
Escritora

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