Los Etxucos son el pueblo de las arenas, antaño
convivían en paz junto a los kidogandis, pero su corazón triste y amargado
acabó por separarlos. Recluidos en sus tierras se volvieron huraños y acabaron
con toda la alegría a su alrededor. Las flores se fueron marchitando, los
árboles secando y los animales terminaron por huir.
Hoy tan solo queda arena en un vasto desierto que se
atraviesa en contadas ocasiones. Los etxucos terminaron por esconderse bajo
tierra, su aspecto se fue desmejorando hasta convertirse en lo que son hoy, un
pueblo consumido por su propia amargura.
Esperan ansiosos la llegada de cualquier extraño al
que robarle su alegría, puesto que los etxucos se alimentan de ella, incapaces
de cultivarla por si mismos, la necesitan tanto como el viciado aire que
respiran. Es su alimento, dejando al que es atrapado en sus dominios tan atormentados
como ellos.
Algún kidogandi ha sufrido estas consecuencias, al
no andar demasiado atento o despistarse por un segundo. Los etxucos los
persiguen, siendo su presa más ansiada, porque no conocen la desdicha, todos
sus pensamientos son alegres.
Extracto del cuento "El Bosque de las Turquesas"
Paloma M.
Escritora
No hay comentarios:
Publicar un comentario