jueves, 17 de noviembre de 2011

Motivos suficientes, no juzges


Imagina que estás en casa y tu hijo, tu hija, te ha dicho que se va a estudiar a su cuarto. Pasada una hora, el niño/niña que aún tiene entre diez y doce años, no ha salido de la habitación. Pasan dos horas, y tampoco. Entonces piensas que el/la peque tiene mucha tarea escolar, y como buen padre/madre, le acercas a su cuarto un "tentenpié", que le de energía para continúar sus estudios.
Entras en la habitación y encuentras a un/una bella durmiente. El chico/chica, se durmió y no tienes idea de cuanto tiempo hace que se durmió.

El primer pensamiento que te viene a la mente, es el que guiará lo siguiente que suceda.
El lunes, en el parque estaba mi hija, de cinco años jugando con una "maquinita" de agua, de esas de insertar aros con las burbujas. Un señor pasó caminando y dijo: "para eso si, para estudiar no, pero para las maquinitas saben más que nosotros". Cuento esto porque el primer pensamiento es aproximadamente similar en la inmensa mayoría de las personas. Poco sabía ese señor de qué mi hija tiene cinco años y está aprendiendo a multiplicar, pero la juzgó por un simple gesto que vio al pasar.

Ese primer pensamiento suele nacer de un prejuicio general, que cada persona que asiste a los talleres que imparto descubre en los primeros minutos. El prejuicio es que los niños son muy listos, que tienen mucha malicia, que cogen la vuelta a los adultos y hacen lo que les da la gana. Y en el caso de los estudios, el prejuicio se extiende a que los niños no quieren aprender, no están interesados en aprender. Este modo de pensar te conduce a un conflicto con los menores de la casa, y de la escuela también.

Supón que te enfadas con el niño/niña, al verla dormida. Y le dices frases del estilo de: "preocupandome por tí, mientras tú duermes", "pero estás durmiendo, serás gansa (holgazana, perezosa, etc.)"... o cualquier variación de este tipo. Si te preguntaran la causa del conflicto, posiblemente dirías que el comportamiento del menor, de la menor, lo ha provocado... Pero después de leer esto, ¿estás seguro/segura que es el comportamiento del peque el generador?


Teresa García.
Psicologa Clínica.
Sin Castigos

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