Hay en la educación de los niños una serie de "verdades universales",
como dice Jesper Juul. Éstas son esgrimidas por padres, abuelos,
vecinos, amigos, educadores... por el bien de los niños y de su
educación, para mantener el orden y las buenas maneras, para poner
límites a los niños y enseñarlos cómo relacionarse en la sociedad, para manipularlos también.
Siento
decir que dar pábulo a todas esas verdades lo único que hace es
estropear la comunicación con los niños cuando pretendemos decirles cómo
comportarse, porque son frases impersonales, vacías de contenido, con
las que los niños tienen gran dificultad en conectar pues no parten de
nuestra experiecia ni emoción, están vacías de pasión vital. Aunque es
cierto que se las aprenden enseguida y pronto aprenden a sermonear a
otros niños con ellas.
Aquí va un listado:
-"No se pega":
¿en qué situaciones no se pega? Porque si alguien se dedica a agredirme
y las palabras no bastan es el momento de usar la fuerza física
-"Hay que compartir":
con esta frase prentedemos que niños de año y medio o dos años presten
su juguete preferido a un perfecto desconocido en el parque y que lo
hagan de buen grado; ¿dejaríamos algo valioso para nosotros a cualquiera
que nos lo pidiera con educación?
-"No lo cojas que se acostumbra":¿
a qué se acostumbra? ¿a disfrutar del contacto físico y el cariño de
sus padres? ¿a colmar su necesidad vital de sentirse querido y tenido en
cuenta?
-"Hay que comerlo todo": ¿sin límite? ¿aunque el estómago esté repleto y el niño tenga la sensación de que va a reventar?
-"Eso no es nada":
esto es ya el colmo de la desfachatez y la soberbia; si el niño está
llorando, ¿tenemos una bola mágica los adultos que nos revela la
intensidad de su dolor o pena?
-"No llores": está
demostrado que en las lágrimas está presentes las hormonas del estrés y
fluidos relacionados con éste, así que dejemos de atentar contra la
salud de los niños
-"Ya es muy grande, la teta no lo alimenta, esa leche es agua":
otra frase traída por la ignorancia, la leche materna evoluciona con el
niño y cambia su composición adaptándose a las necesidades de éste,
transmite al niño anticuerpos contra virus y bacterias del entorno
familiar y es inimitable en un laboratorio
-"Los niños no lloran" ¡!
-"Ya eres un hombre": sí claro, con un metro de estatura y tres años de edad
-"Ya eres grande para dormir acompañado...":
¿con dos, con cuatro, con cinco años? ¿qué pasa entonces con las
parejas que duermen en la misma cama durante decenios? ¿necesitan
tratamiento psicológico por dependencia excesiva?
"Te está tomando el pelo", "Los niños a oír, ver y callar",...
¿nos hemos parado a pensar si lo decimos porque lo hemos oído toda la
vida? ¿realmente estamos de acuerdo con estas frases que usamos a
diestro y siniestro?
La próxima vez que vayamos a soltar una de
estas perlas, mordámonos la lengua, vivamos la situación fuera de
clichés y frases oídas y respondamos genuinamente.
Maria Pilar Gomez San Miguel
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