viernes, 8 de junio de 2012

Una alimentación saludable para toda la familia


Esto es lo que nos gustaría conseguir ¿sí?

Estamos en la época ideal para aficionar a nuestros hijos -y de paso aficionarnos nosotros- a una alimentación saludable, que es aquella que incluye una gran cantidad de frutas y verduras crudas, y pocos alimentos procesados, azúcares y harinas refinadas.

Tengamos en cuenta que nuestra biología es la misma que la de los hombres que habitaban la Tierra hace miles de años, y que sólo en los últimos cien años hemos empezado a consumir bollería industrial y bebidas azucaradas. Nuestro organimo no está preparado para esto y lo que hace es acumular gran cantidad de grasas y azúcares y convertir el cuerpo en un medio ácido, caldo de cultivo de enfermedades.

El secreto: alimentación saludable+ejercicio físico+hidratación+descanso suficiente y de calidad.

Estamos viviendo los primeros calores y es una ocasión excelente para iniciarnos en hábitos saludables de alimentación todos juntos: en esto como en muchas otras facetas, el ejemplo que damos es primordial para los niños. El calor invita a consumir cosas frescas y con agua, así que las frutas y verduras en sus distintas versiones son apetecibles.

El efecto que tienen las frutas en el organismo a primera hora de la mañana es muy beneficioso: nuestro cuerpo empieza el día con energía saludable, agua, fibra, vitaminas, de fácil absorción y efecto inmediato. En nuestra casa los batidos antes de desayunar son habituales, o bien durante la merienda. También las piezas de fruta a media mañana, o como comienzo de una comida en un día de mucho calor. Estos batidos son deliciosos, y carecen del azúcar que añaden muchos fabricantes a los preparados industriales y que de nuevo llenan el organimo de acidez. Os propongo que hagáis lo siguiente: en una batidora (mejor de vaso si tenéis), mezclad zumo de limón, manzana, piña y fresas o cerezas y cubrid con agua, si necesitáis endulzar un poco tenéis miel, siropes diversos o estevia. Llenad un vaso para cada uno y al que le guste la canela, que se eche una pizca. Esto es capaz de resucitar a un muerto. Y si el día amanece caluroso probablemente pediréis un segundo vaso.
 
Probad también con ensaladas: los niños suelen gustar poco de las verduras crudas, así que usad algunos trucos decorativos y con ingredientes atractivos y el éxito está casi asegurado. Podéis usar tomate o tomatitos cherry, lechuga, zanahoria en tiras, aceitunas, algún trozo de atún... incluso alguna fruta de su gusto.

Hace seis meses nosotros no teníamos estos hábitos tan marcados, pero nos hemos hecho conscientes de la necesidad de cuidarnos, ya que nadie lo hará por nosotros. Y nuestra salud ha mejorado, el nivel de energía también y además disfrutamos mucho comiéndolo.

¡Que aproveche!
Que el alimento sea tu medicina, que tu medicina sea el alimento.
Hipócrates

Maria Pilar Gomez San Miguel
Crianza en Familia

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