viernes, 10 de febrero de 2012

Cambiar la historia


En algún momento de la crianza de mis hijos me he descubierto diciendo frases que me resultaban familiares, tremendamente conocidas... porque ya las había escuchado antes, cuando era niña. Algunas eran positivas, cariñosas, pero la mayoría salían de mi boca casi sin control, cuando me encontraba en alguna situación conflictiva, de tensión, o acumulaba cansancio.

No sé si os sonarán conocidas: “los niños a oír, ver y callar”, “me pones de los nervios”, “no hay quien pueda contigo”, “eres un desastre”, “las cosas se hacen así y punto”...

Me es fácil imaginar que muchas de ellas mis padres las oyeron de sus propios padres cuando ellos eran pequeños, y se han seguido transmitiendo de generación en generación. Porque a la hora de criar estamos marcados por las experiencias y los recursos de quienes nos criaron, para lo bueno y para lo malo.

Hacernos conscientes de esta realidad, recordar cómo nos sentíamos cuando recibíamos esos mensajes, es el primer paso para no repetir errores. Para no calificar a nuestros hijos o culparles de nuestras emociones. Para comunicarnos con un lenguaje personal, sin “verdades universales”, sino con autenticidad. Para no herir o ser injustos. Para dar a nuestros hijos la oportunidad de cambiar la historia.

Maria Pilar Gómez
Crianza en Familia

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